viernes, 26 de noviembre de 2010

NOTAS BIBLIOGRAFICAS

MARTÍN BLASCO, Julio, BARRUECO, Manuel. El Convento de San Agustín de Belchite (Zaragoza) (1594-1994). Excmo.Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza), 1994, 204 pp.

Doña Hipólita Fernández de Heredia, esposa de don Luis de Híjar, duque de Híjar y conde de Belchite, en testamento otorgado el 31 de julio de 1565,m donó unos bienes para la fundación de Belchite de un convento de la Compañía de Jesús. Los padres jersuitas, por diversas circunstancias, no pudieron llevar a efecto la fundación, haciéndose cargo de la misma los religiosos agustinos, los cuales, con parte del legado testamentario, fundaron convento el 25 de mayo de 1594. La fundación primigenia fue en la ermita del Pueyo de Belchite. La considerable distancia de la ermita del pueblo, que provocaba inconvenientes de todo tipo a la comunidad, hizo que los religiosos se trasladaran al pueblo en 1597. En 1835, después de casi 250 años de permanencia en Belchite, los religiosos abandonaron definitivamente el convento e iglesia en virtud del decreto de 11 de octubre, que decidió la expulsión de las órdenes religiosas.
Son de destacar en el libro que comentamos: las capitulaciones y concordias privadas entre los religiosos y el capítulo parroquial, previas al traslados; el minucioso estudio, dentro de las lititaciones documentales y las ruinas actuales del edificio, del convento e iglesia de los agustinos; los datos, aunque incompletos por falta de documentación, de los religiosos que vivieron a lo largo de los años en el convento; los problemas originados por las herencias recibidas por dos religiosos entre sus herederos y la comunidad; una interesante relación de los bienes que poseía el convento en 1755, cuya suma era suficiente para que los religiosos pudieran llevar una vida digna; el desempeño a partir de 1757, de la dirección y actividades docentes de la escuela de gramática fundada por el ayuntamiento.
La obra está muy bien documentada en fuentes directas. Del Archivo Histórico Nacional destacan los documentos testamentarios fundacionales que tratan, principalmente, de asuntos económicos y capellanías y el “Libro Capbreo y origen de las Rentas Censales, Treudos y Bienes Sitios que posee el Convento de n. P. S. Agustín de Belchite de 1772”. También se reseñan interesantes documentos del Archivo de la Casa de Híjar, referentes al capítulo fundacional del convento.
El libro encierra una meritoria y acuciosa investigación sobre un hecho concreto:el convento de los agustinos de Belchite. Entra dentro de una línea de investigación, afortunadamente en auge, que se centra en el estudio de personas, lugares o instituciones particulares , que, precisamente por su peculiaridad han sido dejadas a un lado, con relativa frecuencia, por los historiadores profesionales, con el peligro de caer en el abandono histórico. El rescate de estos fenómenos históricos “humildes”, que, en el fondo, poseen un valor innegable, están siendo llevados a cabo, en buena medida, por beneméritas personas, las cuales, con tenacidad, dedicación y no pocos sacrificios personales, realizan una labor histórica encomiable, que cubre muchas lagunas de nuestro pasado. Don Julio Martín Blasco, autor principal de la obra que comentamos, es un ejemplo a resaltar en este tipo de trabajos, pues ha conseguido, en diversas publicaciones, dar a luz importantes investigaciones sobre el pasado de Belchite, destacando el amplio estudio sobre el arzobispo de Guatemala, don Pedro Cortés y Larraz, hijo de Belchite. El libro está muy bien editado y lleva adjunta una excelente documentación gráfica. Es de destacar el generoso apoyo del ayuntamiento de Belchite para este tipo de obras.
JESÚS MARÍA GARCÍA AÑOVEROS
Medievalia Hispaníca
Hispania Sacra 47 (1995)

sábado, 13 de noviembre de 2010

RESEÑA DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE


CONGREGACIÓN Y SEMINARIO DE SACERDOTES SECULARES MISIONISTAS DE LA VIRGEN SANTISÍSIMA DE DESAMPARADOS DE BELCHITE (ZARAGOZA).

PRÓLOGO

Al viajero que se acerca a Belchite por el Sur, le salen al encuentro, al borde de la carretera, unas ruinas de ladrillo, restos, al parecer, de una ermita de considerables dimensiones. Son un anticipo de la visión dantesta que ofrece el pueblo viejo, como cicatrices de un capítulo turbulento de nuestro pasado reciente. El viajero difícilmente sospechará que puedan ser las ruinas de la iglesia del seminario y que junto a ellas se alzara un magnífico edificio, que en tiempos de su erección, en el siglo XVIII, era considerado como uno de los mejores del Reino.

Arrasado el edificio, puede quedar también arrasado su recuerdo en nuestra frágil memoria. Julio Martín Blasco, un belchitano enamorado de su tierra, ha hilvanado pacientemente una documentación que nos legaron nuestros antepasados para sacar a la luz tiempos gloriosos de la villa de Belchite, en los comiezos del siglo XVIII,

Estas páginas contribuyen a sacar del olvido a una institución, la Congregación de Sacerdotes Misionistas, que floreció y que tuvo un gran influjo no solo en Aragón, donde había nacido, sino también en otras diócesis españolas.

Es precisamente en los albores del siglo XVIII, y como reacción a las secuelas negativas que la guerra de Sucesión había dejado en la vida cristiana, cuando surge en Aragón un movimiento de renovación, mediante pequeños grupos de sacerdotes, llamados seminarios sacerdotales. Un sacerdote oscense, Francisco Ferrer será el abanderado del movimiento que se inicia en la diócesis de Barbastro y que pronto se propaga a todas las diócesis aragonesas. En la diócesis de Zaragoza, su arzobispo don Manuel Pérez de Araciel se volcó generosamente en la fundación del seminario sacerdotal de Belchite, aunque la muerte le sorprendió sin ver la coronación de los planes que se había propuesto.

Al Seminario de Sacerdotes Seculares Misionistas de la Virgen Santísima de Desamparados se ha aplicado Julio Martín Blasco de una manera rigurosa y minuciosa. Es de agradecer el tesón del autor para enfrentarse con una serie de dificultades, llevado del deseo y la voluntad de aportar nuevos datos que contribuyan a recuperar las conocemos las vicisitudes de la nueva fundación, los sucesos prósperos y adversos, su vida, sus hombres y sus edificios.

Los lectores sabrán apreciar, no lo dudamos, esta contribución a nuestro pasado histórico en donde se aprecia también la importancia que los seminarios sacerdotales tuvieron en el siglo XVIII para la preparación y renovación del clero.

Javier CALVO GUINDA

viernes, 5 de noviembre de 2010

COPLAS DEL VIEJO BELCHITE

COPLAS DEL VIEJO BELCHITE


Margarita preciosa
¿Qué haces ahí abajo?
Llevas la saya rota,
Échale un “piazo”.

Del trigo sale la harina
Y de la harina los molletes
Y de los molineritos
Salen los molineretes.

Madre, venga usted corriendo
Que he visto una cosa muy rara:
Tres mujeres en un horno
Sin hablar una palabra.

Mañica, si te pillara
Donde cantan las perdices.
Allí me habrías de pagar
La palabra que me diste.

Mocitas las que servís,
Preparad la ropa luego,
Que a veinticuatro, san Juan
Y a veintinueve, san Pedro.

Me metí en un carrascal
Y me cargaron de leña.
Todo se puede aguantar
Por unas chica morena.

sábado, 23 de octubre de 2010


RESEÑA DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE



En el año 1987, Agustín Trinchán Sanz, vecino de Belchite domiciliado en la entonces calle José Antonio, 19, publicó un librito de 80 páginas que tituló RECUERDOS DEL VIEJO BELCHITE Y SU COMARCA –

Citaremos los distintos apartados que señala empezando por los primeros asentamientos humanos que sitúa en la Cueva de los Encantados, en los poblados de la Loma del Moro, de la Loma de Castro y de san Jorge y cita las principales piezas encontradas.

Se refiere después a los romanos, bárbaros y árabes, Reconquista, judíos y moriscos; resúmenes de los siglos XVI, XVII y XVIII; guerra de la Independencia con la batalla de Belchite; guerra Carlista; datos del siglo XIX y actuales; calles del Pueblo Viejo; Puerta del Pozo; Arco de san Roque; calle de Sagasta; plaza e iglesia de san Salvador; algunos acontecimientos del siglo XX; la guerra civil de 1936-1939; primeros habitantes del Pueblo Nuevo (relación incompleta); termina refiriéndose a la nueva imagen de Nuestra Señora del Pueyo,

Es justo reconocer el mérito y esfuerzo de Agustín Trinchán Sanz. Sin embargo, podía haber puesto más cuidado en la presentación de su libro.

JULIO MARTÍN BLASCO

sábado, 25 de septiembre de 2010

RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE


JUAN GASCA SALÓ. El Seminario de Belchite. Zaragoza 1986. 184 pp.

Como introducción el autor dedica unas líneas a Belchite. A continuación menciona el Seminario Conciliar de Zaragoza, fundado por el arzobispo Agustín de Lezo Palomeque en 1788 (p. 24). Sigue el anuncio de la fundación del Seminario Menor de Belchite por el arzobispo García Gil en 1866, restaurando el edificio levantado en el siglo XVIII para Seminario por don Manuel Pérez de Araciel, arzobispo de Zaragoza. Se ocupa de este Seminario de Sacerdotes Seculares Misionistas de la Virgen de Desamparados (conocido también como Seminario Sacerdotal), siguiendo las Constituciones de las fundaciones de Francisco Ferrer.

Sin separación alguna (p.27) vuelve a tratar de los primeros cursos de funcionamiento del Seminario Menor (años 1868- 1869- 1870). En la p. 33 hay un título que dice: Datos sobre la fundación del Seminario. Los toma del Boletín Eclesiástico publicado en tiempos de García Gil y se refieren al Seminario Sacerdotal del siglo XVIII. Cita la escritura de fundación de 13 de julio de 1726 y transcribe parte de la introducción, parte de las cláusulas 7ª (alumnos del Seminario), de la 13ª (nombramiento de operarios), 19ª (dotación del Seminario) y 17ª. Vuelve a ocuparse del Seminario Menor en su restauración, inauguración, nuevos rectores y profesores y Fundación Dalp etc. Obras en el Seminario 81879), actuaciones de los cardenales Benavides y Soldevila.

Simulando una entrevista, expone los recuerdos del tiempo que el autor pasó en el Seminario Menor desde 1925 a 1929. También son interesantes las entrevistas que realiza a varios antiguos alumnos y las fotografías que acompañan el texto.

lunes, 13 de septiembre de 2010

RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE


AMARO IZQUIERDO: Belchite a sangre y fuego. Barcelona, Ediciones
Acervo, 1976, 288 págs.

La Editorial ACERVO de Barcelona nos presenta el testimonio del alférez Amaro Izquierdo en la batalla de Belchite. El título del libro, Belchite a sangre y fuego, resulta fuerte y llamativo. Más realista es el subtítulo que dice así: Diario de un alférez provisional. Su lucha en la defensa de la villa y su cautiverio en Valencia y Barcelona.

El libro tiene dos partes. La primera, dedicada a Belchite, refiere las luchas con motivo del sitio al que estuvo sometido el pueblo y sus preparativos. Comprende desde el 18 de agosto de 1937 al 11 de setiembre del mismo año. La segunda parte se refiere al cautiverio que soportó el protagonista y lugares del mismo: monasterio del Puig (Valencia), penal de San Miguel de los Reyes (Valencia), convento de las Siervas de María (Barcelona) en dos ocasiones y, finalmente, castillo de Montjuich (Barcelona). Completa esta segunda parte el relato de la evacuación y fuga.

El diario del asedio es detallado y completo. El 3 de setiembre dice: “ La mañana ha empezado, como todas, con el fuego atronador de la artillería roja. Nosotros nos preparamos para la rutina diaria y para la muerte… En el bando enemigo se advierte una actividad desacostumbrada.” Y más adelante: “Nuestro comandante [Santa Pau] no ha venido solo, trae refuerzos. Pero, al menos para mí, el mejor refuerzo es la presencia del propio comandante.” Sigue el relato hasta la caída de la villa el día 6 y del tiempo que todavía permanecieron ocultos (el alférez junto con un sargento). La salida por el oeste hasta el encuentro con las tropas republicanas y posteriores sucesos.

La lectura de este libro resulta interesante por todos los datos y noticias que proporciona sobre los lugares en donde permanecieron durante el cautiverio.

domingo, 12 de septiembre de 2010

CANCIONES DEL VIEJO BELCHITE

COPLAS
DEL VIEJO BELCHITE

De tu ventana a la mía
Me tiraste un limón.
El limón cayó en el suelo
Y el golpe en mi corazón.

La palabra que me diste
En el camino de la fuente
Como era palabra de aguas
Se la llevó la corriente.

Asómate a la ventana
-No quiero, que me caeré.
-Echa los brazos al aire
Que yo te recogeré.

Con el sol me mandas cartas.
Con la luna claridades.
Con el lucero del alba
Que te quiero, ya lo sabes.

¡Qué importa que la calandria,
El ruiseñor y el triguero
Canten para consolarme
Si para mí no hay consuelo!

El que me sienta cantar
Pensará que estoy alegre
Y soy como el pajarillo
Que, si no canta, se muere.

lunes, 26 de julio de 2010

RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE


EMILIO OLIVER ORTIZ. Emociones de un sitiado (Belchite regina martyrum). Prólogo de Manuel Aznar. Editorial Amaltea, S. A. Barcelona. 272 pp.

Tengo en mis manos un libro que considero imprescindible para conocer la situación de Belchite en 1931 y años siguientes. Su autor, Emilio Oliver Ortiz, vivió en primera persona aquellos acontecimientos y nos dejó un relato fiel de los mismos: “Había un Centro Obrero Socialista… Pero vino el resultado de las elecciones de febrero del año 36… y el panorama cambio…” Y nos señala varios ejemplos de este cambio.

PRIMERA PARTE.- Estampas
Producido el alzamiento militar, Belchite quedó en la línea que separaba los dos bandos. “Durante el ataque aéreo y el avance de los camiones enemigos, han salido furtivos tiros de algunas ventanas, contra los defensores de la plaza que corrían por las calles a reforzar las entradas, identificados se los ha detenido …” Aquí puede estar la explicación de la represalia (sin duda excesiva, aun teniendo en cuenta que estaban en guerra) tomada contra algunos vecinos. El capítulo siguiente recoge la aplicación de la justicia en una impresionante narración.
Otros capítulos.
Las milicias voluntarias.- Desde el primer momento se formó un grupo de voluntarios importante para la defensa de la plaza.
Combates.- De todos los ataques el más peligroso fue el que sufrió los días 27 y 28 de diciembre de 1936, conocido entre la población como “el combate de la niebla”.
La Puerta del Pozo.- Era la entrada principal del pueblo junto a la carretera de Zaragoza, muy concurrida a la salida y llegada del autobús.
El Mojón del Lobo.- El enemigo ha hecho profundas excavaciones en el Mojón. Desde el pueblo se ven, a simple vista, cuatro amenazantes bocas abiertas en la peña.

SEGUNDA PARTE.- El sitio. Del 25 de agosto al 6 de setiembre de 1937.
Nos ofrece el autor un diario detallado del sitio al que se vio sometido el pueblo. Algunos ejemplos.
Viernes, 27 de agosto.- Anoche cayó en poder del enemigo la Puebla de Albortón y sus cañones disparan sobre el pueblo y sobre el santuario del Pueyo.
Miércoles, 1 de setiembre.- Sobre las cinco de la tarde aún viene la aviación roja en ayuda de los asaltantes. Hace una profusa siembra de bombas. Tres de ellas caen y explotan en la iglesia parroquial. Se hunden altares y llueven escombros sobre los lechos de los heridos.
Viernes, tres de setiembre.- En un trujal de una casa de la calle Mayor se llevan arrojados más de sesenta cadáveres y es todavía sepultura abierta que nos ofrece recibir cien más.
Sábado, cuatro de setiembre.- Por la tarde ya nuestros únicos puntos de apoyo son la Iglesia Parroquial y el Ayuntamiento y éstos son los blancos preferidos por el cañón enemigo.
Domingo, 5 de setiembre. En la noche del 5 al 6 de setiembre, después de haberlo intentado por varios lugares, un grupo de sitiados logra romper el cerco por el Arco de San Roque. Algunos cayeron en el intento pero otros lograron llegar a Zaragoza. El libro termina con unos capítulos complementarios, entre otros, Al comandante Santapau, y a Antonio García Marín.
JULIO MARTÍN BLASCO

lunes, 19 de julio de 2010

RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE


RECONSTRUCCIÓN
Ministerio de la Gobernación.- Dirección General de Regiones Devastadas.- 1955.- Nº 127

Sumario.
La ciudad rediviva.
Discurso del Caudillo en Belchite.
La resistencia de Belchite salvó a Zaragoza

En la presentación el articulista celebra la presencia de Franco en Belchite “ciudad rediviva entre las cenizas y escombros de aquel otro Belchite malherido y triturado en 1937 por un sanguinario mordisco de las facciones del Frente Popular”

Termina señalando que “Como lápida conmemorativa de la gesta se conserva aún en la iglesia que los invasores utilizaron como cárcel, cierta inscripción que, protegida por una pequeña urna de cristal, recuerda la muerte de un requeté que, seguro de que lo fusilarían, escribió en la pared, firmando con su nombre y apellido, este epitafio prematuro: Aquí murió por Dios y por España..”

Sin embargo debemos precisar que la inscripción se encontraba en la iglesia del antiguo convento de San Agustín, en el crucero, lado de la Epístola, bajo un pequeño balconcillo donde terminaban las tribunas que estaban situadas sobre las capillas. Estaba protegida por un marco de madera clavado en la pared y un cristal. El texto decía: “Aquí muere por Dios y España un navarro. Valentín Arigita”

Discurso del Caudillo (13-10-1954).
Saludos.
Belchite, honor de nuestra cruzada.
El comunismo prescinde de todo valor humano.
Enfrentaron a españoles con españoles para arruinar a España.
No nos bastaba una victoria sin ideales.

Finalmente se expone el papel de resistencia que presentó Belchite contribuyendo a la salvación de Zaragoza.

Hay cinco fotos de la inauguración del pueblo nuevo, una del Arco de la Villa y cincuenta y una del pueblo nuevo (las dos últimas, del Pueyo) destacando las de la parroquia, algunas a toda página.

Termina con un plano general del pueblo, de la plaza mayor, y de algunos aspectos de la iglesia (reloj de la torre, detalle del púlpito, vista inferior del torna-voz, altar lateral –en lugar del altar mayor, como dice-)

Se trata de una interesante publicación para recordar aquel acontecimiento.

JULIO MARTÍN BLASCO

jueves, 8 de julio de 2010

RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE


RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE

CAPITÁN DE DIEGO, TENIENTE QUINTANA Y TENIENTE ROYO: Belchite. Barcelona. Editora Nacional, 1939. 205 pp.

La Editora Nacional publicó en 1939, Año de la Victoria, este libro escrito por tres militares que vivieron la odisea de Belchite y que, según mi opinión, es el mejor que expone los sucesos de aquel verano de 1937. Los tres autores lograron romper el cerco y llegar sanos y salvos a Zaragoza en la madrugada del seis de setiembre.
En esta publicación encontramos los siguientes apartados:

I. SITIO
I.- Belchite visto desde el campo enemigo.
II.- Propósitos del mando rojo.
III.- El final de la guerra.
IV- La operación.

II. DEFENSA (En el exterior)
I.- Codo.
II. “Diario de Belchite”.
III.- El repliegue
IV.- Cinturón de cemento.
V.- Noche de luna en la Puerta del Pozo.
VI .- Altavoz rojo.
VII.- 31 de Agosto.
VIII.- La lucha interminable.

(En el interior)
I.- Bombardeo de un hospital.
II.- Aquel Alcalde.
III.- Mujeres, niños, ancianos.
IV.- San Agustín.
V.- El Seminario.
VI. -La proclama de Sanmartín.
VII.- Defensa de la Iglesia.
VIII.- Alimentos, agua, municiones, medicamentos.

III. RUINA
I.- Caídos
II.- Victoria.
III.- Rotura del cerco.
IV.- El incendio.
V.- Así salimos los últimos
“Todos se incorporan a la defensa de Belchite asediado ahora con redoblado furor.
El alarde del día 2 , que nos ocasionó doscientas bajas, parecen que quieren empequeñecerlo a media mañana.
Oportunamente aparece nuestra aviación. Un momento se suspende la lucha y miramos con orgullo el paso de nuestras escuadrillas a través de nubes de humo y polvo; allá, en lo más alto, brillan los puntitos blancos de la caza.
Quieren los trimotores rendir homenaje a Belchite y vuelan a una altura que hace ensordecedor el ruido de los motores. Contamos decenas de aparatos…”

El libro está ilustrado con numerosas fotografías que contribuyen a hacer más llevadera la lectura. Los autores merecen nuestro reconocimiento por haber logrado una exposición clara y precisa de los hechos acaecidos en Belchite.

Segunda Edición
Aumentada con APROXIMACIÓN A LA REPRESIÓN REPUBLICANA EN LA BATALLA DE BELCHITE.
ANGEL DAVID MARTÍN RUBIO

I.- Fuentes y estado de la cuestión.
1.1.- La "Causa General" y el Registro Civil
1.2.- Los "lugares de memoria"
1.3.- Bibliografía.

II.- La represión republicana en la batalla de Belchite
2.1. A) Asesinatos realizados "sobre el terreno" en el mismo momento en que se efectuaron las detenciones.- Quinto. Codo. Belchite
2.1.B) Algunos fueron trasladados a prisiones y fusilados en las semanas siguientes en Castejón, Gelsa, Bujaraloz, Lérida, etc.
2.2. Lugares de detención y número de víctimas.
2.2.1 Detenidos en Quinto.
2.2.2 Detenidos en Codo
2.2.3 Detenidos en Belchite.

III.- Análisis de la represión producida a consecuencia de la batalla de Belchite.
IV.- Otras formas de represión.
V.- La mortalidad a consecuencia de la guerra según el Registro Civil de Belchite.
VI.- Bibliografía
VII.- Relación nominal de personas asesinadas identificadas.

EPILOGO: Belchite 1989 por Julio Fraile
Imprime: TARFE.- Artes Gráficas, S. L.
Apartado 1803 33080 OVIEDO

lunes, 21 de junio de 2010

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA CAPILLA DEL SEMINARIO DE bELCHITE, UN INTENTO FALLIDO




LA RECONSTRUCCIÓN DE LA CAPILLA DEL SEMINARIO DE BELCHITE, UN INTENTO FALLIDO

Juan Gasca Saló cuenta en su libro ”EL SEMINARIO DE BELCHITE” los intentos que realizaron los miembros de NUESTRA UNIÓN (Antiguos Alumnos del Seminario) para restaurar la capilla de Nuestra Señora de los Desamparados de Belchite.

El 8 de mayo de 1970 se hizo una llamada urgente para que volviera a abrirse al culto la capilla del Seminario, porque en ella se habían educado sacerdotes y seglares durante más de doscientos años, y después de la guerra se encontraba en ruinas

Anteriormente, el 15 de marzo del mismo año, la Junta de Antiguos Alumnos para la reconstrucción de la mencionada capilla, se reunió en el patio de recreo, con asistencia de autoridades, una representación del Sr. Arzobispo y del Cabildo; religiosos, sacerdotes y seglares que habían estudiado allí y numerosos fieles de Belchite con su párroco. Pero todo quedó en un intento, ya que solamente se cerró con un muro la abertura que existía en el lugar del camarín de la Virgen. Seguramente, la falta de medios económicos impidió la realización de este deseo.

Con ocasión de la publicación y presentación de mi libro “CONGREGACIÓN Y SEMINARIO DE SACERDOTES SECULARES MISIONISTAS DE LA VIRGEN SANTÍSIMA DE DESAMPARADOS DE BELCHITE” se comentó el mismo asunto al tratarlo también en el libro.

Después del año de 1980, escribí al entonces Arzobispo de Zaragoza don Elías Yanes exponiéndole la conveniencia de la restauración de la mencionada capilla. Todavía resonaban los ecos del conflicto entre el arzobispado y el ayuntamiento de Belchite suscitado por la propiedad del santuario de Nuestra Señora del Pueyo. Pasado algún tiempo, recibí una llamada de Domingo J. Buesa Conde, del Patrimonio Cultural, comunicándome que don Elías le había entregado mi carta para que estudiara la viabilidad de mi petición. En esta ocasión hablamos largamente, pero no volví a tener otras noticias de este asunto.




“OFRENDA”

Cuando os pisamos, venerandas ruinas,
El corazón se siente acongojado.
Quisiéramos detener lo que ha pasado,
que surgiera la rosa sin espinas
de aquella Santa Casa. Se adivina …
se presiente … se siente traspasado
uno de un no sé qué … de algo sagrado,
que está aquí … y que con nosotros peregrina.

Un día volveremos, agrupados,
y, con las misma piedras centenarias
reharemos tu Capilla, para honrarte.

Y vendrán nuestros hijos, a dejarte
la purísima flor de sus plegarias,
Madre nuestra de los Desamparados.

Benedicto L. de Blancas.
Antiguo alumno del Seminario de Belchite

sábado, 12 de junio de 2010

RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE



JOAQUÍN PINTANED TERESA. Apuntes históricos sobre la santa imagen de Nuestra Señora del Pueyo de Belchite, su santuario y su culto. Zaragoza.Tip. de Comas Hermanos, Pilar, 1, 1901. 142 pp.

Este pequeño libro (del cual poseemos uno de los pocos ejemplares que quedan) es de obligada consulta cuando se quiere conocer el santuario y la imagen de Nuestra Señora del Pueyo de Belchite.

Según la tradición, un discípulo de Santiago predicó el cristianismo a los belchitanos y les dejó una imagen de la Virgen que fue ocultada cuando peligró por las invasiones de los musulmanes. Más adelante, cuando la paz reinó en nuestro territorio, se apareció sobre un sisallo en un montecillo denominado el Pueyo.

El autor da noticias sobre la primitiva ermita de la Virgen (de la que quedan unos locales transformados y la torre) y del nuevo templo construido en 1725, con sus altares e imagen de la Virgen.

Se refiere a la instalación de los agustinos en este lugar, aunque no precisa el año (que documentalmente está demostrado que fue en 1594). Si señala que se trasladaron al pueblo de Belchite en 1597. Al hablar sobre la capitulación y concordia firmada entre el Capítulo parroquial y el convento (pág 58) dice: “ … y en una de sus cláusulas se consigna que la ermita de Ntra. Sra. del Pueyo y sus rentas se aplique y adjudique por el Sr. Arzobispo de Zaragoza a la villa de Belchite…” Sin embargo esta cita no pertenece a ninguna cláusula de la capitulación y concordia, sino a la primera reunión preparatoria celebrada en el Pueyo.

Dedica el capítulo V a las traslaciones de la imagen de la Virgen a la parroquia, la última en 1896 y otro, el VI, a los favores concedidos a sus devotos. Termina con el novenario y los gozos.


JOAQUÍN PINTANED TERESA y EMILIO ALLOZA CANFRANC. Apuntes Históricos de Nuestra Señora del Pueyo de Belchite. Zaragoza, 1989, 284 pp. 2ª edición


En cierta ocasión, don Emilio Alloza Canfranc, siendo párroco de Belchite, me manifestó la intención de preparar una edición facsímil del libro sobre el Pueyo Yo le comenté que, además, se podría añadir un resumen de los sucesos ocurridos desde 1901. Y le enseñé algunas hojas que llevaba preparadas al efecto.

En esta nueva edición, figura una biografía de don Felipe Ayala Gil, párroco de Belchite, muy vinculado al santuario.- Segundo centenario del nuevo templo (1725-1925). – Traslaciones de la imagen de la Virgen desde 1937 a 1972.- Desaparición por robo de la imagen de Nuestra Señora.- Entronización de la nueva imagen y coronación canónica de la misma.- Diversos momentos de la vida del santuario.- Termina con una bibliografía, índice de ilustraciones e índice general de la segunda parte.

Una obra ésta que no debe faltar en ningún hogar de Belchite.

martes, 1 de junio de 2010

RESEÑAS DE LIBROS RELACIONADOS CON BELCHITE



Hace ya algún tiempo que preparé una Bibliografía referida a BELCHITE, que se puede ver al principio de nuestro Blog. Ahora me propongo dar un paso más y presentar una breve reseña de cada una de las obras recogidas para que el lector pueda conocerlas, aunque sea someramente.

Seguiré el orden con que los libros figuran en la Bibliografía (generalmente están colocadas por orden cronológico) y procuraré acompañar la reseña con una foto. Así pues, empiezo por la más antigua.

JOSEF COTTENS. Novena a Nuestra Señora de los Desamparados de la villa de Belchite. Zaragoza, 1797. Imprenta de Ibáñez. 40 pp. 16 x 11 cm. Edición facsímil año 2005.

En la contraportada figura un dibujo, realizado en xilografía, con la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados. Presentación de la edición y lugar donde se encuentra el original (Archivo, Biblioteca, Hemeroteca del Ayuntamiento de Zaragoza). Hay unas noticias sobre el origen de dicha imagen y de la fundación del Seminario Sacerdotal de Belchite en 1725. Sigue la novena, indulgencias concedidas y los Gozos de Nuestra Señora que terminan con una Salve en la que alternan los versos castellanos con latinos y que se cree se cantaban en tiempos de los Sacerdotes Misionistas.



ROBERTO SOLANAS. Rector de[l Seminario de] Belchite. Novena a Nuestra Señora de los Desamparados. Zaragoza, 1898. Imp. de Soteras y Monforte. 22 pp. 21 x 15 cm. Edición facsímil año 2004.

En la contraportada figura una foto modificada de la capilla del Seminario (figura como foto normal en el libro El Seminario de Belchite de Juan Gasca Saló). El origen de la imagen de la Virgen está tratado con más amplitud y detalles, lo mismo que la fundación del Seminario Sacerdotal y de los directores nombrados por el arzobispo Pérez de Araciel. Sigue un relato sobre los acontecimientos que determinaron el abandono del edificio y de la restauración realizada por el arzobispo don Manuel Garcìa Gil en 1864 y fundación del Seminario Menor de la diócesis de Zaragoza. Termina la introducción con la narración de diversos favores concedidos por la Virgen a sus devotos. La novena está tomada de la edición anterior, pero los Gozos está modificados y aumentados en dos estrofas. La Salve dice que está tomada de la Novena primitiva.

Al final lleva una nota con el lugar donde se encuentra el original (Museo Nacional del Traje). La edición fue preparada por Julio Martín Blasco para la parroquia de Belchite en el III centenario de la llegada de la imagen de la Virgen de los Desamparados a Belchite (1704)

domingo, 16 de mayo de 2010

EN TORNO A LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS






Según narra el P. Faci, el ermitaño Domingo Lacosta, encontrándose en Valencia, encargó una copia de la imagen de aquella ciudad, que llevó a Belchite donde fue recibida con grandes muestras de entusiasmo y fervor el 7 de septiembre de 1704. Fue llevada a la ermita de las Ánimas, y desde entonces recibió el nombre de Nuestra Señora de los Desamparados. La imagen (de un metro sesenta centímetros) era de talla pero se vestía de blanco, con bordados de oro, en las grandes solemnidades. La imagen desapareció en la guerra civil de 1936-1937 y se supone que sería destruida en septiembre de 1937.


Por los años 1946, 1947 por iniciativa de los directores del Seminario de Alcorisa (sucesor del de Belchite) los Hermanos Albareda realizaron en su taller de Zaragoza, una copia de la Virgen de los Desamparados y, probablemente, utilizaron como modelo alguna fotografía de la de Belchite.
Desde entonces preside la que fue capilla ya que el edificio del Seminario pasó a la diócesis de Teruel.
Salta a la vista que los artistas no quisieron hacer una mera copia. Su rostro es más redondeado; su cuerpo, erguido, tiene aspecto de matrona.

Para terminar ofrecemos un dibujo de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados que figura en la novena, publicada en el año 1797, a expensas de don Josef Cottens, su capellán, y en la imprenta de Ibáñez, en Zaragoza, empleando un procedimiento de xilografía. Destaca el trabajo por su sencillez e ingenuidad.

lunes, 10 de mayo de 2010

LA ESCUELA DE GRAMÁTICA FUNDADA POR EL AYUNTAMIENTO DE BELCHITE EN 1757


LA ESCUELA DE GRAMÁTICA FUNDADA POR EL AYUNTAMIENTO DE BELCHITE EN 1757

En el legajo 8.445 de la documentación correspondiente a los Agustinos Calzados de Belchite (Archivo Histórico Nacional) figura la fundación de una Escuela de Gramática por el Ayuntamiento de Belchite (año 1757) y encomendada a los religiosos de San Agustín.

El 20 de noviembre de 1757 se llegó a un acuerdo definitivo, estando reunidos don José Bernad, don Pedro Aragües, don Miguel Escobar, don Tomás Pérez, Tomás Teresa, Salvador Serrano, Salvador Zaldivar y Francisco Teresa “… todos Alcaldes Regidores sindico procurador y Ayuntamiento de esta Villa de Belchite estando juntos en forma de tal en el puesto acostumbrado y destinado para tratar y conferir las cosas tocantes y pertenecientes a dcho. Ayuntamiento…”

También se manifestó que el asunto había sido tratado en el Consejo General y “treintena” que se celebró en el mes de junio, en el día y fiesta de San Juan, resaltando la necesidad que había de una Escuela de Gramática “… y lo importante que era para el común que se abriese como antes la había y que por la cesación de pago y salario a el Maestro se habia cerrado…” También se resolvió la forma de pago. Como el salario del Maestro y Organista era de 150 libras jaquesas, de las cuales 100 le correspondían como Maestro de niños y las pagaba “el propio de el comun” se convino que estas 100 quedasen reducidas a 70 y las 30 de diferencia se abonasen al futuro Maestro de Gramática.

Además de las 18 libras jaquesas que los propios del común daban a los regadores se rebajaban 10 para completar el salario de dicho Maestro de Gramática. Se hacía esta reducción en el salario de los regadores porque se consideraba suficiente la aportación que cada vecino les daba directamente por el riego de sus respectivas heredades y se hace constar expresamente, para evitar impugnaciones, que los regadores consienten dicha rebaja para el fin expresado.

La creación y cesión de la Escuela se hace con las siguientes condiciones: 1ª.- Que el convento no pueda pretender tener derecho sobre ella sino que funcionará mientras lo desee el Ayuntamiento. 2ª.- Que el Maestro será hábil y experimentado y, en caso contrario, el Ayuntamiento podrá anular el contrato sin tener que dar explicaciones. 3ª.- Se obliga el Ayuntamiento a abonar al Maestro de Gramática cuarenta libras jaquesas en dineros o en efectos de trigo o cebada al precio que se acostumbre en el tiempo de pago. 4ª.- Los padres de los muchachos pagarán cada mes un real de plata, si son vecinos de esta villa, y los forasteros, dos. Los pobres, en cualquier caso, tendrán enseñanza gratuita.

Fray Agustín Barratón, prior del convento, firmó la Escritura ante el notario José Pardo, siendo testigos Diego Comeche y Lamberto Miércoles, vecinos de Belchite. “Va sacado en papel de oficio o de Pobres por gozar de este privilegio la Religión Agustina. Sin derechos por Pobre. Pardos”

MARTÍN BLASCO, Julio y BARRUECO SALVADOR, Manuel (OSA).
EL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN DE BELCHITE (Zaragoza)
Datos para su historia (1594-1994)

miércoles, 28 de abril de 2010

ÚLTIMOS DÍAS PASADOS EN GUATEMALA POR EL ARZOBISPO CORTÉS Y LARRAZ


ÚLTIMOS DÍAS PASADOS EN GUATEMALA POR EL ARZOBISPO CORTÉS Y LARRAZ

Las tensiones que existían entre la Audiencia de Guatemala y el arzobispo Cortés y Larraz (acrecentadas por la llegada del sucesor sin estar vacante la diócesis) dieron como resultado el intento de apresarlo y obligarlo a salir de Guatemala. Era la noche del 29 de septiembre de 1779.

“En dicha noche lóbrega, lluviosa y de tinieblas vino de la nueva Ciudad a la de Guatemala antigua con sumo secreto un Ministro de la Audiencia, acompañado del Alguacil Mayor, Escribano, tropa y con todo el aparato de sorprenderme y aprisionarme. Tuvo noticia de esto un vecino de la Ciudad nueva, después de algún rato que salió dicha comitiva; puso un propio de a caballo en diligencia, avisándome de esta novedad. Recibida esta noticia, no tuve otro arbitrio para ocurrir a las desgracias que huvieran sucedido, que vestirme de prisa, tomar una mula, ausentarme de casa y ponerme en un lugar contiguo a la misma Ciudad… Al tercero, o cuarto día se me avisó por uno de la comitiva que llevó el Ministro, que me importaba alejarme luego de Guatemala, quanto fuera posible porque practicaban todo género de diligencias para saber mi paradero, a cuyo efecto se providenció que se pusieran guardas en los caminos de día y de noche”.

Ya en la mañana del 30 de septiembre, el oidor Tomás González Calderón, acompañado de su séquito, se presentó en el palacio arzobispal preguntando si estaba su Ilustrísima. El vicario general le contestó que el prelado “no se encontraba actualmente en este pueblo y salió de él con ánimo de hacer más por extenso representación al Tribunal…”

El Justicia Mayor de la antigua Guatemala, Guillermo Macé, comunicó al Comisionado los rumores que corrían sobre el paradero del Arzobispo: ”Unos aseguran que se halla oculto en su palacio, otros que está fuera de él, pero en el lugar y no falta quien diga que con anticipado aviso que tuvo de la venida de V. S., salió a caballo a las cuatro de la mañana acompañado solo de un paje sin decir a donde dirigía su marcha”

Por su parte el Arzobispo añadía: “ … aunque salí de dicho retiro inmediatamente que se me dio el aviso; pero como no llevaba ni criado ni ropa, ni asistencia alguna… me detenía en los pueblos por si ocurriera a mi familia algún arbitrio de conducirme lo necesario, como en efecto a la segunda jornada se me condujeron algunas cosas mui precisas… llegué a un pueblo numeroso en donde huve de permanecer como tres meses, porque no me ocurría medio para equiparme de lo preciso para un camino tan dilatado; pero, sabido por algunos de sus vecinos, se me presentaron, diciendo que tomarían a su cargo llevarme quanto tenía en Guatemala, como efectivamente lo hicieron; y con esto emprendi el viage para Vera Cruz”

Es posible reconstruir el itinerario seguido por don Pedro Cortés: Jocotenango, Chimaltenango, Pasum (o Patzum) San Andrés, Sololá, Totonicapán, Güegüetenango, Comitán. Oaxaca, Tehuecán, Puebla de los Ángeles y Veracruz.

La Audiencia de Guatemala comunicaba a Madrid (10 de junio de 1780) que el arzobispo Cortés y Larraz: “Por fin salió de este Reino y se halla en la Nueva España. Cerca de seis meses ha estado en la jurisdicción de esta Real Audiencia”

JULIO MARTÍN BLASCO

jueves, 15 de abril de 2010

Belchitanos ejemplares.- MOSÉN FRANCISCO VALLADO ORDOVÁS


Belchitanos ejemplares.- DON FRANCISCO VALLADO ORDOVÁS

Entre los papeles que conservo en mi pequeño archivo, figura un recordatorio de difunto que dice así en su encabezamiento

ROGAD A DIOS EN CARIDAD
POR EL ALMA DEL REVERENDO DOCTOR
D. FRANCISCO VALLADO ORDOVÁS
PRESBITERO. BENEFICIADO DE SAN PABLO
PROFESOR DEL SEMINARIO. TERCIARIO CAPUCHINO
que falleció en Zaragoza
el día 7 de diciembre de 1955
a los 67 años de edad
habiendo recibido los Santos Sacramentos
y la Bendición Apostólica

Aquel 7 de diciembre de 1955, el arzobispo Morcillo, recién llegado a Zaragoza, acudió el domicilio de mosén Francisco Vallado (calle San Pablo, 57- 3º izda.) para rezar ante su cadáver, siendo este hecho muy comentado entre los vecinos de San Pablo.
Estas letras del recordatorio cierra toda una intensa vida que, suponemos, comenzó en Belchite, aunque no encontré su certificado de nacimiento en el archivo municipal de esta localidad. Por eso, se podría pensar que pudo nacer en Zaragoza, donde ocasionalmente se encontrarían sus padres ya que se trataba de un embarazo que ofrecía dificultades en su desarrollo. Tanto es así que, cuando nació el médico dio pocas garantías de que siguiera viviendo. Siempre fue tenido por belchitano y él así se consideró.

Con los cuidados de su madre, el niño Francisco salió adelante en Belchite donde su padre ejercía, conduciendo su carro, el oficio de recadero entre esta localidad y Zaragoza. Más tarde, por haber sufrido un atraco, dejó esta actividad. Asistiría a la escuela y después, cumplida la edad requerida acudiría a las clases del Seminario de su pueblo que, por aquellos años, estaba dirigido por el rector don Roberto Solanas. Hacia 1904, pasaría a continuar los estudios eclesiásticos en Zaragoza, cuyo Seminario había sido transformado en Universidad Pontificia en 1897. Allí obtuvo el grado de Doctor en Filosofía. Condiscípulos suyos fueron, entre otros, don Eduardo Estella Zalaya y don Pascual Galindo Romeo.

Por aquellos años, sus padres se trasladaron a Zaragoza. Antes de ordenarse de presbítero hubo de superar una crisis vocacional. Abandonó el Seminario y marchó a trabajar a La Habana como dependiente en una librería. No pudo soportar el ambiente que reinaba allí y volvió a la Península para reanudar los estudios eclesiásticos. Ya sacerdote y profesor del Seminario, no le gustaba que le recordaran este episodio de su vida que a mi me contó personalmente y que pocos conocían.

Desde el principio de su sacerdocio estuvo vinculado a la parroquia de San Pablo de Zaragoza dedicándose a las tareas propias de su estado, especialmente a la catequesis. Vivía con sus padres en la calle Eduardo Dato hasta que se trasladaron a la de San Pablo. Conocidos sus conocimientos de Química, pronto le ofreció el arzobispo Doménech dar clases en el Seminario Conciliar. Con el tiempo publicó un libro de texto que tituló “FÁCIL ACCESO AL ESTUDIO DE LA QUÍMICA” que completó con la QUÍMICA ORGÁNICA de la Editorial LUIS VIVES.

Reconquistado Belchite por las tropas nacionales en 1938, lo mandó allí el arzobispo de Zaragoza para que organizara la parroquia. Llegó el 30 de marzo de 1938 y, a pesar de sus intentos, poco podía hacer dadas las condiciones de la población. La parroquia quedó establecida, provisionalmente, en la ermita de San Antón. El 3 de mayo del mismo año volvió de nuevo a Zaragoza. Cuando yo lo conocí, en el año 1942, ya había fallecido su padre y vivía con su madre, con una prima llamada Gregoria Mazón y una sobrina, Trinidad Calvo Mazón. Estas dos últimas permanecieron con él cuando murió su madre.

A su casa acudía mucha gente buscando ayuda para encontrar trabajo o para que le resolviera alguna gestión. A veces se quejaba de que no los podía atender porque eran muchos. Gregoria le apoyaba añadiendo que ella estaba todo el día atendiendo a la puerta. Y otro primo suyo, Pepe Mazón, que estaba allí le decía:


- Paco, si me dejas, yo me comprometo a que no entre ninguno. Y al preguntarle cómo pensaba hacerlo, le contestaba:
- Me pongo en la puerta y para dejarlos entrar, a cada uno le pido un duro y, como no lo tienen, se quedan fuera.
- Mosén Francisco se sonreía y le decía:
-¡ Qué cosas tienes, Pepe!

El gesto que más me impresionó fue el saber que tenía recogidos en su casa a un matrimonio con dos hijos. Uno de ellos se llamaba Angelito y, en verdad, que lo era. El marido era un excelente mecánico de máquina segadoras que pasaba el día, que pasaba todo el día fuera de casa. Nunca entraba en la casa de su benefactor y apenas hablaba con él. La mujer era un tanto abandonada. Durante el día, permanecían en la casa de mosén Francisco y, por la noche, dormían en una habitación próxima a la vivienda de los porteros.

Angelito pasaba la mayor parte del tiempo metido en un cajón. Tenía una enfermedad en la vista que le obligaba a mirar al suelo. Diariamente procurábamos curarle los ojos. Cuando sospechaba que era la hora de comer, entraba en el despacho de mosén Francisco y le decía: - Caco (por Paco), a comer. Y el otro, recontestaba: -Pues, vamos.

Enfermó el niño y murió al poco tiempo. Acompañé a mosén Francisco a dar el último adiós a Angelito. Allí estaba el cadáver del niño sobre una fría mesa de piedra en la Facultad de Medicina.

De su paso por las aulas del Seminario han quedado muchas anécdotas. Los estudiantes, abusando de su bondad, miraban la forma de evitar que les preguntara la lección fingiendo que estaban enfermos.

No tenía dotes de orador y procuraba evitar esta actividad. En una ocasión, le correspondía por turno predicar en el Seminario el sermón con ocasión de la festividad de Santo Tomás de Aquino. Me contó que todavía recordaba el que había dicho unos veinte años antes y que estaba dudando si repetirlo de nuevo.ya que, en ese tiempo, habían cambiado casi todos los profesores. Yo le animé a que lo hiciera así. Y también lo consultó con don Juan Sanz Nájera, secretario de Estudios. Llegó el día y se notaba cierta expectación entre los alumnos, aumentada por la presencia del señor Arzobispo.

Llegado el momento, subió con toda tranquilidad al pequeño púlpito de la capilla del Seminario de la plaza de La Seo, y sin pestañear ni dudar un momento, soltó el sermón. Cuando terminó, creo que todos descansaron y, en el fondo, se alegraron de su éxito.

En testimonio de afecto y gratitud.

JULIO MARTÍN BLASCO

jueves, 25 de marzo de 2010

LA COFRADÍA MILITAR DE BELCHITE


LA COFRADÍA MILITAR DE BELCHITE

Todavía no se han puesto de acuerdo los historiadores en si Belchite fue conquistado a los árabes antes o después de Zaragoza (1118). El argumento más sólido a favor de lo primero es que en su conquista estuvo presente Galindo Sánchez, tenente de Belchite. Así lo sostiene José Mª Lacarra (Aragón en el pasado. Espasa Calpe. Madrid 1972, pág. 57). Antonio Ubieto Arteta (Historia de Aragón. La formación territorial, pág. 158) cree que se entregó con motivo de la capitulación de Zaragoza.

Al quedar Belchite como frontera, el primer problema era atraer nuevos pobladores que fueran la base para su defensa. Así Alfonso I concedió una serie de ventajas contenidas en la CARTA PUEBLA DE BELCHITE. Pero estas concesiones debieron ser insuficientes. Por ello, Alfonso I fundó una cofradía militar.

Años más tarde, muerto ya el Batallador, Alfonso VII el Emperador, en el concilio de Burgos de 1136, hubo de confirmar e impulsar la cofradía militar de Belchite, ante el retroceso que supuso para los ejércitos cristianos la derrota de Fraga (1134). Gracias a esta confirmación podemos conocer las constituciones de la primitiva fundación, ya que se reproducen los derechos y obligaciones de los cofrades.
1.
Cualquier cristiano, clérigo o laico, hecho cofrade de esta fraternidad o que se quisiese hacer cofrade en el castillo de Belchite o en cualquier otro castillo, que se dedicase toda su vida a la defensa de los cristianos, se le ofrece la remisión de todos los pecados, hecha confesión, y viviendo la vida monacal o eremítica.
2.
Quien quisiese servir allí por un año, le valdría lo mismo que si fuese a Jerusalén, y se le asegura la remisión de los pecados. Deberá guardar abstinencia todos los viernes de la semana.
3.
Y si quisiese servir allí durante un mes a Dios, sea perdonado del mismo modo.
4.
Y si enviase a alguien que hiciese sus veces en servicio de Dios, tenga el oferente la misma remisión, lo mismo estando ausente como si estuviese presente.
5.
Quien enviase de su peculio doce dineros o algo que valga esa cantidad para los sirvientes a Dios, tenga la remisión de una cuaresma.
6.
Y quien en servicio de Dios se desvelase, tenga mucho más. Y, según como fuese la donación, así sea la remisión.
7.
Si alguna peregrinación quisiese realizar alguno y permaneciese en Belchite todo el tiempo que debiera durar la peregrinación en servicio de Dios y entregase a los sirvientes de Dios lo que iba a gastar en la peregrinación, tenga doble remuneración que se pueda de todos los bienes.
8.
Quienes adquiriesen fielmente las cosas necesarias para predicar por las tierras, participen en la misma remisión.
9.
Si algún caballero u otra persona, en vida o en muerte, dejase su caballo o sus armas al servicio de Dios, obtenga lo mismo que si las dejase a la Orden del Hospital de Jerusalén o al Temple.

Termina la relación de concesiones con una exhortación a ir a Belchite con ánimo alegre, recordando las palabras evangélicas: “Quien me sigue, no anda en tinieblas “(Juan. 8. 12) y unas cuantas más y señala que así se liberó el sepulcro del Señor y Mallorca y Zaragoza y otras tierras. Finalmente añade una sanción canónica para quien perjudicase a cualquier cofrade.

Probablemente la Cofradía tendría su asentamiento en el Pueyo. Desde allí organizarían sus cofrades las penetraciones en territorio enemigo. Con el cambio de fronteras, la institución perdió fuerza hasta llegar a su disolución.

NOTA. Ánforas halladas en las proximidades del Pueyo. Estas dos pertenecen a la parroquia de Belchite.
JULIO MARTÍN BLASCO

sábado, 20 de marzo de 2010

LA DEVOCIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS EN BELCHITE



LA DEVOCIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LOS DESAMPARADOS
EN BELCHITE

En diversas ocasiones oí comentar a mi madre la devoción a la Virgen de los Desamparados que existía entre los belchitanos y que se manifestaba en las frecuentes visitas que le hacían en su capilla, especialmente en los días festivos, en los que se veía a las familias bajar por la carretera, entonces con árboles a los lados, hasta el Seminario.

También se celebraban con alegría sus fiestas a las que contribuían los hortelanos vecinos que formaban arcos y enramadas en honor de la Virgen y asistían a los actos religiosos que se celebraban en su iglesia.

El 8 de setiembre, coincidiendo con la natividad de la Virgen (conocida en Belchite como “la Virgen del Portal” por la situación de su capilla) se celebraba la llegada de la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, hecho que acaeció en 1704, y el segundo sábado de mayo tenía lugar la fiesta principal.

Otra manifestación de la devoción a la Virgen eran las estampas y medallas que circulaban entre la población, algunas de ellas han llegado hasta nosotros, especialmente la magnífica foto debida a la firma de Jarke.

Hace algunos años, una familia de Belchite me regaló una medalla en la que se veía, en una cara, la imagen de la Virgen de los Desamparados y en la otra, el Seminario con la leyenda Seminario Conciliar Belchite.

Al pie de una estampa, alguien [probablemente algún sacerdote que estudió allí] escribió: “Vox in Rama audita est ploratus et ululatus multus: Rachel plorans filios suos et noluit consolari, quia non sunt.[Una voz se oye en Ramá, un lamento, amargo llanto. Es Raquel que llora sus hijos y rehusa consolarse por sus hijos, pues ya no existen] No están tus hijos y su hogar está en ruinas. Tampoco está tu imagen bendita, entre las gloriosas ruinas del Seminario belchitano… pero tu ¡sí que estás y sigues siendo Madre de los desamparados!

Pienso que algunos belchitanos, ya mayores, recordarán estos hechos cuando pasen por la calle que tienen dedicada a la Virgen de los Desamparados en el pueblo nuevo de Belchite. Y tal vez se acuerden de los primeros versos de sus Gozos.

María, tu ardiente celo
nos ampare con clemencia.
Pues siendo flor en Valencia
eres en Belchite Cielo ...
JULIO MARTÍN BLASCO

domingo, 14 de marzo de 2010

´LA TORRE DE LA ANTIGUA PARROQUIA DE SAN MARTÍN DE BELCHITE (II)




LA TORRE DE LA ANTIGUA PARROQUIA DE SAN MARTÍN DE
BELCHITE (II)

Revisando la obra de José Galiay Sarañana “Arte mudéjar aragonés” encontramos una excelente descripción de la torre de la antigua parroquia de San Martín de Belchite, con una foto anterior a su destrucción (1937). Aunque no es de buena calidad, hemos intentado seguir la descripción que hace el autor, viéndonos obligados a consultar el libro de Jesús Baquero Millán “Inventario del patrimonio arquitectónico del pueblo viejo de Belchite (Zaragoza”.

Dice Galiay: “Torre parroquial de Belchite. Despegada de la iglesia actual tiene tres cuerpos de iguales proporciones; el bajo, liso; los otros dos decorados, y por terminación, una pirámide de ocho lados hecha con ladrillo.

El cuerpo central aparece vestido con una faja de zig-zag, hecha con dos hileras de ladrillo, más otras dos con puntas o dientes encerradas en un recuadro. Encima, con alguna separación, fajita de dientes y más arriba fondo de rombos verticales de lados quebrados entre dos fajas de esquinillas. Sobre él, faja rehundida con labor de nudos y vuelo de ménsulas como terminación del cuerpo”.

Esta descripción la podemos seguir mejor en la página 149 de la obra de Jesús Baquero Millán (que reproducimos) pudiendo también distinguir las diferencias entre los distintos elementos de adorno.

Continúa la exposición de José Galiay: ”El [cuerpo] de campanas tiene por frente arco apuntado y alfiz encerrando dos arquitos gemelos de medio punto y orlándolo fondo de rombos y medios rombos iguales a los del cuerpo inferior. Remata con vuelo de ménsulas y un trozo de muro liso sobre ellas”.

Seguimos sin saber por qué y por quiénes se destruyeron los arquitos pequeños en las cuatro caras de la torre. ¿Fue consecuencia de los cañonazos que recibió la torre o fue una acción premeditada? Pudo suceder al arrancar las campanas…

Además de la foto de Galiay, ofrecemos otra (de los años cincuenta) de la cara de la torre que mira a la Puerta del Pozo. Estaba protegida por las casas situadas delante y, por eso, es la que está mejor conservada.

jueves, 4 de marzo de 2010

FOTOGRAFÍAS DEL SEMINARIO DE BELCHITE (ZARAGOZA)

















FOTOGRAFÍAS DEL SEMINARIO DE BELCHITE
(ZARAGOZA)


Ofrecemos unas fotografías del Seminario Menor de Belchite. Las primeras pertenecen al libro “El Seminario de Belchite” de Juan Gasca Saló. Corresponden a la fachada principal del año 1881; a la fachada sur situada a la izquierda de la principal y en la que se ve el nuevo pabellón;a la llamada fachada de la huerta, en la que una parte aparece sin terminar (arquillos de la última planta). Finalmente hay una foto de la capilla ( que, modificada, figura en la Novena a Nuestra Señora de los Desamparados, titular del Seminario, publicada por don Roberto Solanas, rector, en 1898) y otra de la Virgen (conservamos la foto original de Jarke). Como complemento ofrecemos una vista general del Seminario, foto que se publica por primera vez y que nos la ha facilitado José Ramón Muñoz Cano. La última foto de este bloque procede del Archivo Diocesano de Zaragoza.

A continuación traemos cinco fotos en las que se ve el edificio después del año 1937. En opinión de muchas personas, todavía se podría haber reparado, aunque tal vez no tan rápidamente como lo necesitaba la diócesis. Las dos primera están sacadas del libro BELCHITE. Capitán De Diego y otros. Editora Nacional. En una de ellas, se ve la división de las vertientes del tejado, la estructura interior del edificio (un pasillo central y dependencias a cada lado) y un tramo de la escalera principal. Al principio el arzobispo Pérez de Araciel prefirió para los residentes habitaciones individuales con el fin de favorecer el retiro y la soledad.
Posteriormente el arzobispo García Gil dispuso que se transformaran en dormitorios corridos. Estaban situados en la segunda planta. En otra foto (HISTORIA DE LA CRUZADA ESPAÑOLA. Joaquín Arrarás) se nota mejor los dos tramos de la escalera; la que nos muestra el edificio y la capilla pertenece a la GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (Hugo Thomas). Ediciones Urbión.

Terminamos con cuatro fotos nuestras.
JULIO MARTÍN BLASO

martes, 2 de marzo de 2010

CALLE DEL REGISTRADOR GARCÍA MARTÍN (BELCHITE)


CALLE DEL REGISTRADOR GARCÍA MARTÍN
(BELCHITE)

El pasado año 2009 el Ayuntamiento de Belchite aprobó el cambio de nombre de algunas calles. Eran las siguientes:

-Calle Dieciocho de Julio se llamará
Calle de la Constitución Española de 1978.
-Calle Héroes de Belchite se llamará
Calle de Santa Ana.
-Avenida José Antonio ...
se llamará Calle Mayor.
-Avenida Calvo Sotelo ..
se llamará Calle del Portal de la Villa.
-Calle Victoria ………...
se llamará Calle de Becú.
- Calle Registrador García Martín
se llamará Calle de San Ramón.
-Calle Seis de Septiembre
se llamará Calle de San Lorenzo.

Entre los rótulos de las calles que han cambiado de nombre, destaca el correspondiente a la del Registrador García Martín. Pero ¿quién era este señor? Un amigo (Emilio Oliver) lo definía así: “Antonio García Martín era hombre joven y de cultura extraordinaria, cuya amena conversación era, si cabía, más extraordinaria. De los temas más frívolos hacía corro silencioso a su alrededor… y frente a su jovialidad era, cuando se le necesitaba, un consejero sesudo y grave. De estatura física baja, tenía una gigantesca altura moral; y su modestia no tenía límites”.

Cuando quedó fijado el frente de guerra en Belchite, formaba parte de un grupo de funcionarios que se había unido para atender mejor a sus necesidades. Los restantes miembros del grupo eran: Eduardo de la Loma, secretario del Juzgado de Instrucción, un joven abogado tan ilustrado como locuaz y simpático. Manuel Carela, médico titular de Belchite, cuya modestia contrastaba con su altura profesional. Ángel Fuembuena, un oficial de telégrafos movilizado, culto, simpático y siempre hecho un pincel. José Benedí, Administrador de Correos, joven de gran inteligencia. José María López, Jefe de Telégrafos, excelente profesional. Luis Fuentes, Juez de Instrucción, joven y de carácter abierto y afable. Roberto Álvarez, veterinario, muy estudioso. Emilio Fernández, socio de una fábrica de aceites, con una buena situación económica. Y cerrando el grupo, Emilio Oliver Ortiz, director del Banco Zaragozano en Belchite (que nos dejó estos retratos de sus amigos en su libro “Emociones de un sitiado” Belchite Regina Martyrum pág. 83).

Cuando empezó el asedio de la población, se dispersó el grupo y cada uno se las
arreglaba como podía, colaborando en las defensa desde el puesto que se les asignó teniendo un papel destacado Antonio García Martín, que, con la aceptación de todos,
fue nombrado Jefe de las Milicias Voluntarias de Belchite.

Por el capitán De Diego (en su libro BELCHITE, pág. 129) sabemos que fue herido en el cuello: “A su lado, compartiendo el mismo colchón, está aquel joven funcionario del Estado, Registrador de la Propiedad, alma de la movilización ciudadana, cuyo ejemplo y austeridad arrastró al combate a la masa de hombres que, virtualmente, era la ciudadanía en armas; pálido por la hemorragia, vendado el cuello, tiene un balazo debajo de la nuca”

El 5 de septiembre se encontró a Emilio Oliver y le comunicó que se había recibido un radiotelegrama del General del 5º Cuerpo de Ejército autorizándoles a romper el cerco aquella noche. Para guiar a los evadidos se encenderían hogueras en el Vértice del Sillero. Así lo prepararon y después de varias tentativas, guiados por el comandante Santa Pau, lograron salir por el arco de San Roque. Nuestro protagonista, con otros muchos, cayó en el intento.

Ignoramos quien propuso se dedicara una calle del pueblo nuevo de Belchite a Antonio García Martín. Tal vez Manuel Carela y Emilio Oliver (éste vaticinó que así sucedería) supervivientes del grupo, lo solicitaron del Ayuntamiento y lo concedió.

JULIO MARTÍN BLACO

jueves, 25 de febrero de 2010

Instrumento público de concordia entre el Concejo de Viejos de la villa de Belchite y el convento de San Agustín

Belchite. Antigua Casa de la Villa (En el centro)
“Instrumento publico de concordia entre el concejo de viejos de la villa de belchite y el convento del Señor Sanct Agustin de la dicha villa de la parte otra”

El escrito tiene tres partes principales. En la primera se da cuenta de la reunión del Concejo en la casa de la villa, previo pregón público, con relación de sus componentes y actuando el notario Pedro Batista con los testigos.
“In Dei nomine sea a todos manifiesto que llamado convocado y ajuntado el concejo e Universidad de los Justicia Jurados y singulares personas assi de hidalgos como de signo servicio de cristianos viejos vecinos y habitadores de la villa de belchite por mandamientos de los Justicias Jurados de l[a] dicha villa… intervinieron y fueron presentes… et primo nosotros Miguel descuel Justicia Juan falcon jurado de hidalgos miguel bronchales y Juan Pascual jurados Domingo Ortin mayor en dias pedro Sotillo y luis de altolaguerri, joan bernete, nicolas Sanchez, Juan Ximenez, Domingo Ortin menor , Juan de Mendieta, diego gomez, Antón de aragues, Gregorio bernad, miguel de aragues, pablo bernad, pedro valenciano, Juan batista tornero, pedro aleman, Lorenzo mayayo, Juan plaza, nicolas de tardez, Juan Ortiz menor, alonso seron, antón abad, esteban de soto, miguel de murillo mayor, miguel de peña, Antón de la cabrera, miguel de murillo menor, andres del bado, marco Sebastián, Juan de Villabona, Antón Toledo, agustin marin, Juan de [a]palategui, roque aranda, pedro escobar, miguel falcon menor…” y Alonso Sotillo, corredor [pregonero] público.

En la segunda parte se describe la reunión de los miembros del convento de San Agustín, establecido ya en Belchite “convocado… por mandamiento del muy Rdo. Padre fray tomas de antillon prior del dicho monasterio por tañimiento de campana según que del dicho tañimiento consto a mi dicho pedro batista notario presentes los testigos… Et ajuntado el dicho capitulo en la iglesia del dicho convento en donde otras veces para tales y semejantes actos que el presente el dicho capitulo llegar y ajuntarse ha acostumbrado… intervinimos y fuimos presentes… el primo yo dicho fray tomas de antillon prior del dicho monasterio, fray miguel mur, fray basilio tolza, fray pedro marey, frailes del dicho convento…”

En la tercera parte se reproduce la “… capitulación si quiere concordia… hecha tractada y concordada entre las dichas partes en et cerca las rentas y cosas de la ermita de nra Señora del Pueyo… la qual es del tenor siguiente.
Primeramente es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas que los dichos prior frailes y convento del Señor Sanct Agustin de la dicha villa de Belchite hayan de renunciar según que por tenor de la presente capitulación y concordia renuncia a favor de la dicha ermita de nra Señora del Pueyo todo el d[er]echo causa instancia y action que dicho convento de Sanct Agustin tiene y le pertenece y pertenecer le puede y debe en qualquier manera en todos y qualesquiere bienes asi mobles como sitios drechos y acciones tocantes a dha ermita de nra Señora del Pueyo que hasta el presente dia de hoy han tenido y poseído dichos frayles y convento con tal pacto y condición que de parte de dicha villa de belchite por tenor de la presente obligación se obligan a hazer seguras las rentas de la yerbas de los majuelos sitiados en los terminos de la dicha villa dehesa de dicha ermita de nra Señora del Pueyo estos dos años es a saber la que se arrendó el año proximo pasado de mil quinientos nobenta y ocho y la que se arrendará este año presente de mil quinientos nobenta y nuebe de darselas a dicho prior y convento de dicho monasterio por entero pagando primero los dichos prior y convento los cargos de los guardas de dichos majuelos de la arrendación de las dichas yerbas y de dichos dos años adelante que comenzaran de venderse dichas yerbas de dicha dehesa el año primero teniente de mil seiscientos es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas que todo el dinero en que se vendiesen dichas yerbas que sacandose parte el salario de los guardas de dicha dehesa y majuelos lo que se les ha acostumbrado pagar siempre lo que quedare se haya de partir medio llebando la metad de dicho dinero el dicho convento de Sanct Agustin y la otra metad dicha ermita de nra Señora del pueyo.

Item es pactado y concordado entres las dichas partes y cada una dellas que en caso de que se fiare dichas yerbas haya de ser el primer plazo para los dichos prior y convento del dicho monasterio que son y por tiempo seran y esto para perpetuo salvo que este año presente de mil quinientos nobenta y nuebe puedan hazer los dichos prior frailes y convento de dicho monasterio los plazos a su contento.



Item es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas para perpetuo que en dichas vendiciones y capitulaciones que se haran del dicho año de mil seiscientos en delante de dichas yerbas de dicha dehesa no tengan que entrometerse ni se entrometan los dichos prior y frailes y convento de dicho monasterio que son y por tiempo seran en dichas ventas sino tan solamente las hayan de vender y vendan los seis y los mayorales del plano que son y por tiempo seran como se ha acostumbrado hasta aquí.

Item es pactado y concordado entre dichas partes y cada una dellas que todos los trehudos caidos de dicha ermita asi de dineros como de azeyte hasta por todo el año de mil quinientos nobenta y ocho sean para dicho monasterio y los que caeran de alli adelante con las propiedades de dichos treudos queden para la dicha ermita como en otro capitulo esta dicho.

Item es pactado y concordado entre las dichas partes y cada una dellas que de parte del dicho convento se hara de traer decreto para la presente concordia de su provincial o vicario provincial y de parte de dicha villa del Illmo. y Rmo. Arzobispo de Zaragoza”.

Las partes se obligaron a cumplir todos los pactos contenidos en el presente documento desde la primera hasta la última línea del mismo y ofrecieron como garantía todos sus bienes y rentas.

“fecho fue aquesto en la villa de belchite a veinte y dos dias del mes de henero de del año contado del nacimiento de nro Señor Jesucristo y mil quinientos nobenta y nuebe a lo qual fueron presentes por testigos francisco de andarra obrero de la villa y amau de loran pastor habitantes en la dicha villa de belchite…”
JULIO MARTÍN BLASCO

Julio Martín Blasco.- P. Manuel Barrueco Salvador (OSA).- EL CONVENTO DE SAN AGUSTÍN DE BELCHITE (Zaragoza). Datos para su historia (1594-1994)
Agradecemos a José Ramón Muñoz Cano el envío de la foto de la plaza Nueva de Belchite.

martes, 16 de febrero de 2010

EL MOJÓN DEL LOBO





Fotos.- Vista interior de dos de las bocas que daban a Belchite.
Vista interior mirando hacia Lécera.
Agradecemos a Jaime Cinca Yago el envío de estas fotos


EL MOJÓN DEL LOBO

Recuerdo que el nombre de MOJÓN DEL LOBO nos producía profundo miedo y temor, allá por los años 1936 y 1937, cuando la artillería allí instalada por el ejército republicano lanzaba sus proyectiles sobre el pueblo de Belchite. Se trata de una elevación del terreno de 630 m. situada al sur de Belchite, a una distancia de unos 3 kms pasado el río Aguasvivas y en dirección a Letux.

Desde el puesto de observación, instalado en la torre de la parroquia de San Martín (y desde otros lugares, como el Saso) podían verse las cuatro bocas abiertas en la roca por donde salían los proyectiles en dirección a Belchite. Cuando atacaba la aviación (al principio, sonaba entre la población el nombre del “Pintamantas”) corríamos a las cuevas y refugios. Nosotros, desde el Ferial, íbamos a una cueva situada en la era del tio Cazuelas. Desde allí se veían cruzar los proyectiles que, disparados desde el MOJÓN DEL LOBO, pasaban de largo. Y algunos espectadores, más atrevidos, se acercaban a los Altos de Santa Bárbara para verlos mejor.

Emilio Oliver Ortiz (Emociones de un sitiado, Belchite Regina martyrum, pág. 97) dedica un capítulo al MOJÓN DEL LOBO. “El enemigo ha hecho profundas excavaciones en el Mojón. Desde el pueblo se ven, a simple vista, cuatro amenazantes bocas abiertas en la peña. Por ellas tienen enfilados cuatro cañones. En los días de paréntesis, de tranquilidad, el Mojón parece un monstruo mitológico de cuatro ojos que mirase ceñudo, hipnotizador, al pueblo tranquilo y hacendoso que tiene a sus pies. Cuando… cañonea a Belchite… se ven salir por sus cuatro ojos miradas de fuego, de odio y de muerte…”

También desde Belchite disparaba la artillería del Saso contra el MOJÓN DEL LOBO. El Capitán De Diego cuenta en su libro BELCHITE pág. 82, que había un ofrecimiento, por parte del alcalde Ramón Alfonso Trallero, de regalar cinco duros al grupo de artilleros que hiciera blanco en las instalaciones del MOJÓN DEL LOBO. Un día recibió el alcalde una llamada telefónica invitándole a que subiera a una azotea y comprobase la humareda que procedía de una de las bocas del Mojón. Habían acertado el disparo sobre unas cajas de municiones y, como consecuencia, quedó inutilizada una de las piezas de artillería, con el consiguiente alborozo de la tropa de Belchite.

En el asedio que sufrió el pueblo antes de ser ocupado por las tropas del general Pozas, ya no disparaban los cañones del Mojón del Lobo, probablemente por el temor de dañar a los asaltantes. Ahora es un lugar visitado por los excursionistas que llegan hasta allí. Recuerdo que, por el año 1945, íbamos de paseo por la carretera del Saso y todavía se veían algunas de las defensas contra los tanques: unas vigas de hierro, clavadas oblicuamente en la tierra, que impedían el paso de los tanques, obligándolos a circular por los sitios que interesaba a los defensores; y unos pozos, en forma oval, la mitad cubierto y la otra mitad descubierto para que el defensor pudiera asomarse y lanzar una granada contra el atacante. No hubo tiempo para utilizar estas defensas.

En la torre de la antigua parroquia de San Martín los arcos pequeños que cobijaban las campanas aparecen destruidos y quedan solamente cuatro grandes aberturas deformes. Muchas veces me he preguntado si tal destrucción fue resultado de los disparos de obuses que recibió o fue una acción premeditada para tener más visibilidad cuando venía la aviación enemiga.

Cuando ya habían empezado las hostilidades, creo sería en el verano de 1937, colocaron una guardia de paisanos en la torre para avisar a la población la llegada de la aviación enemiga. En una ocasión le tocó a mi padre la guardia con otros paisanos y fuimos a llevarle la comida. Quiero recodar que todavía permanecían allí las campanas y no estaban destruidos los arcos donde apoyaban sus ejes. Por eso, me inclino a creer que fue resultado de la metralla.

En la parte de la parroquia que daba al convento de San Rafael, todavía llegué a ver un proyectil, sin explotar, clavado en el muro. Al año siguiente, había desaparecido. Pregunté y la respuesta fue que habían venido de Zaragoza dos jóvenes y lo habían arrancado

JULIO MARTÍN BLASCO